Capturar fotos en la Ciudad de México es mucho más que apretar un obturador: es detener en un instante la riqueza de una urbe construida sobre siglos de historia, identidad y transformación. Cada imagen es testigo de un mosaico único: desde la grandeza de sus zonas arqueológicas y sus imponentes edificios coloniales, hasta la modernidad de su arquitectura contemporánea y la vida vibrante en sus calles.

La fotografía en CDMX permite honrar sus tradiciones y preservar su cultura: los mercados llenos de colores, las celebraciones que mezclan lo ancestral con lo moderno, los murales que narran la lucha de un pueblo y las expresiones artísticas que florecen en cada rincón. Una foto tomada aquí no es sólo un recuerdo personal, sino también un documento que guarda la memoria colectiva de una sociedad que no olvida sus raíces y que, al mismo tiempo, abraza la innovación.

En cada ángulo, la Ciudad de México ofrece historias por contar: la cotidianeidad de sus habitantes, la fuerza de su diversidad, y la esencia de un lugar que siempre está vivo. Fotografiarla es reconocer su valor, compartirlo con el mundo y asegurar que las generaciones futuras puedan mirar atrás y entender quiénes fuimos, qué celebramos y cómo seguimos transformándonos.


