Los caballos Fiordo, son una de las razas más antiguas y puras que existen en el mundo. Originarios de Noruega, han acompañado al ser humano durante miles de años: primero como compañeros de batalla de los vikingos y, después, como aliados en el trabajo agrícola y la vida cotidiana. Su aspecto inconfundible —compacto, fuerte y con esa crin bicolor que al cortarse en forma de arco resalta una franja oscura central— los hace inigualables tanto en belleza como en carácter.
Más allá de su historia, el caballo Fiordo representa nobleza, resistencia y cercanía. No es solo un animal de trabajo, sino un símbolo de equilibrio entre fuerza y docilidad. Montarlos o simplemente contemplarlos es conectarse con un legado vivo que une tradición, naturaleza y humanidad.
