Disfrutamos la belleza de un entorno que florece en medio del desierto. Cada planta es testimonio de resistencia y adaptación, de una naturaleza que enseña a vivir con fuerza y dignidad en condiciones extremas. A través de la fotografía, no solo se capturan formas y colores únicos, sino también la identidad de una tierra que guarda historia, cultura y tradición en su paisaje árido y a la vez lleno de vida.
Es valorar lo que muchas veces pasa desapercibido y darle voz, a través de la imagen, a un ecosistema que refleja el espíritu resiliente de la región y su gente.


